¡No me presiones tanto! (o qué hacer cuando te dicen que estás gorda)

A veces quisiera disfrutar mi permiso post-natal como las mamás normales.

Pero creo que estoy lejos de ser una mamá «normal». Mi hijo mayor tiene 19 años y va a la universidad. La menor tiene 2 meses y toma pecho cada 3 horas, mientras la del medio, de dos años y medio, se entretiene tirando sus juguetes (y cualquier cosa que encuentre) por la sala que no dura ni 5 minutos arreglada.

Vivo en un país donde no hablan mi idioma, a 12 horas de vuelo de mi país natal, donde está el resto de mi familia y amigos, con todo un oceano de por medio. Soy huérfana de mamá y papá, y mis contactos más cercanos los tengo mediante Skype o Whatsapp.

Tengo muchos diplomas, pero el área en que me desempeño no es reconocida académicamente. No trabajo en ninguna empresa sino en mi casa, con mi computadora en frente, y soy a la vez jefa, empleada, estratega, directora, y secretaria, en el proyecto de empresa que me creé con el sueño de poder tener tiempo para mis hijos y mi esposo, libertad laboral y económica, y contacto con gente que se identifique conmigo por mis raíces latinas.

No, pareciera que no soy una mamá «normal».

Pero la realidad es que mi cuerpo es el de una mamá perfectamente normal.

Como la gran mayoría de las mamás, engordé un montón en mi embarazo. Y, debido a eso, soy la diana a la que apuntan los medios con sus mensajes que retuercen la realidad, y la gente que no tiene más que hacer sino ver el sucio en el ojo del otro.

«Adamari luce cuerpazo» y «Shakira volvió a trabajar y luciendo mejor que nunca» son las noticias que me salieron de primeras en mi newsfeed de Facebook ayer y hoy.

Vaya… y yo que ya tengo más de 2 meses de haber dado a luz y sigo gordita. ¿Qué será que tengo dañado?

Es más, Kakitips y Sascha Fitness no engordaron nada en sus embarazos! Sascha dio a luz y quedó igualita que antes, como si nada pues. Y Kaki va por el mismo camino.

Happy Friday!!! #JustRelax y a disfrutar del fin de semana💜 #EsperandoAMiBeBe #37Semanas

Una foto publicada por Valentina Olmos – KaKi✨ (@kakitips) el 1 de May de 2015 a la(s) 11:06 PDT

Ahí la ves a las 37 semanas… yo con 12 semanas ya me veía más gordita de lo que ella se ve ahí!! 😛

¿Será que yo soy anormal? Debe ser que no tengo fuerza de voluntad, porque cómo es posible que haya engordado tanto…

¿Y Beyoncé? ella también engordó, pero ya perdió nada más y nada menos que 30 kilos a punta de una dieta vegetariana. ¿Será que si me pongo a comer sólo lechuga pierdo yo también los míos?

Unas flacas y otras gordas

Todas somos diferentes. y TODAS somos normales. Incluso yo 😉

Metabolismo, herencia, estilo de vida… a todas nos afectan cosas diferentes.

Hay mujeres que engordan engordamos casi con respirar. Tenemos que llevar dietas muy cuidadas y estar activas para poder estar en nuestra mejor forma física. ¡Eso no tiene nada de malo! De hecho, es excelente. Porque a punta de querernos ver bonitas y delgadas hacemos el esfuerzo por comer sano. Y como resultado, estamos sanas. No como otra gente que no engorda ni comiendo una tonelada de pizza y que, como no siente la necesidad externa de cuidarse, no lo hace. Y entonces no están tan sanos como sí lo estamos nosotros los «gorditos por naturaleza».

Así que engordar en el embarazo es perfectamente normal, y no necesariamente significa que una sea mala madre, que no tenga fuerza de voluntad, o que tenga el metabolismo dañado o algo.

Por supuesto, no tiene una que atragantarse de cuanto objeto comestible se atraviese. Hay que ser conscientes de lo que comemos. Hay que esforzarse por alimentarse bien y sanamente, sobre todo cuando tenemos (o vamos a tener) hijos, porque de nuestra salud depende la de ellos.

Pero también hay que ser flexibles, sobre todo durante el embarazo, e inmediatamente después, cuando vivimos momentos tan complicados y exigentes en cuanto a tiempo, energía, y emociones.

Y luego, para perder el peso, pues… ¡hay que esforzarse! No significa que tengas que matarte de hambre o de ejercicios en el gimnasio, pero sí hay que hacer un esfuerzo porque nuestros estilo de vida y nuestras opciones de comida habituales no son las más saludables y no nos van a ayudar.

Y como somos gente normal, con hijos, pareja, casa, trabajo, preocupaciones, etc… pues el esfuerzo es mayor que el de una celebrity que tiene todo el dinero del mundo para hacerse unos masajes anticelulíticos y de drenaje luego de comerse la comida perfectamente saludable, balanceada y sabrosísima que le preparó su chef privado, a la vez que la nana cuida a su bebé.

Ahhh, pero eso no lo decía la noticia…

No al «Body shaming»

Avergonzarse de su cuerpo… qué sensación tan horrible. Pero hay muchas empresas que la promueven. Y mucha gente también.

Con cada foto photoshopeada que aparece en la revista de moda. Con cada artículo sobre cómo la celebrity fulanita perdió X cantidad de kilos en tiempo récord. Con cada comentario del tipo «estás gordita, no?» que hacemos.

Yo por ejemplo recibí un montón de esos en uno de mis episodios de MND TV más recientes, compartido en la página de Facebook de Salud Facilisimo:

Y sí, no estoy delgada. Pero sí aplico lo que predico. Justamente por eso estoy haciendo mi Reto Fitness MND 2015 públicamente.

Pero la cosa es que somos muy ligeros a la hora de salir a hacer un comentario como éste, sobre cómo se ve una persona, su cuerpo o su figura.

Por un lado los medios bombardeándonos de informaciones, imágenes y noticias exageradas y malsanas sobre cómo deberíamos vernos y cómo es tan fácil de lograr que todo el resto del mundo lo hace menos nosotros.

Y por otro lado, nosotros mismos criticándonos, empujándonos, mirándonos lo peor que tenemos, y diciéndolo públicamente y sin tapujos. Incluso cuando no se hace de forma grosera o despectiva (que a veces sí!), en el fondo es una opinión sobre el cómo «deberías» verte.

Nos hacen avergonzarnos de como nos vemos actualmente, sea por la razón que sea (incluso cuando es por la razón más hermosa de todas: tener un hijo).

Celebra tus estrías y tus senos caídos (WTF!!??)

Y cuando tratan de enmendarlo, lo hacen mal. Al menos esa es mi opinión.

Sí, nos quedan estrías en el embarazo.

Sí, los senos se van cayendo con los años.

Sí, cuando perdemos peso nos puede quedar colgando la piel del abdomen.

Pero yo no lo veo como cosas que haya que celebrar, ni como «heridas de guerra» (que también las llaman) de las que haya que estar orgullosas.

Es simplemente biología. Somos así. Es N O R M A L.

No es malo, ni es feo, ni es vergonzoso. Es nuestro cuerpo y es normal.

De hecho, no hemos hecho nada para sacar esas estrías ni para que se caiga la piel. No veo por qué habría que celebrarlo o estar orgullosa de eso.

De lo que estoy orgullosa es de los pequeños esfuerzos que hago cada día por estar saludable y sentirme bien en mi cuerpo.

Estoy orgullosa del trabajo que hago como mamá, de tener un hijo-hombre que es educado y que echa pa’lante, una hija de 2 años que es bilingüe y una bebé de 10 semanas que ya casi pesa 5 kilos a punta de leche materna.

Y estoy orgullosa orgullosísima de eso porque eso ha implicado un esfuerzo para mí. Ha implicado renunciar a ciertas cosas. Ha implicado tener que dedicar tiempo que le he quitado a otras actividades. Ha implicado sonreir y trabajar incluso cuando me siento peor.

Y celebro que, cuando descubrí (luego de años de intentos fallidos) lo que realmente se necesitaba para poder adelgazar, logré perder los 8 kilos de más que tenía luego de mi primer embarazo. Y que luego de mi segundo embarazo perdí los 10 kilos con los que me había quedado. Y que ahora, luego de mi tercer embarazo, voy a perder los 20 kilos (o lo que sea) que tengo de más.

Y lo celebro porque eso depende ENTERAMENTE de mí. Cuando lo logre, me sentiré orgullosa de mí. Y me importa un comino si me quedan estrías o celulitis, porque me vale más saber lo que soy capaz de lograr (y tanto las estrías como la celulitis se pueden mejorar).

No me importa si ahorita me ven gorda, y por eso he seguido grabando mis episodios de MND TV, porque el mensaje que tengo que dar al mundo es mucho más importante que los kilos que tengo de más ahora.

Así que no permito que NADIE me diga que no represento lo que enseño, ni tampoco que tengo que enorgullecerme de las cosas que no me gustan de mi cuerpo.

Me amo por lo que soy, por lo que tengo, y por lo que soy capaz de hacer. Punto. Y tú también deberías hacer lo mismo.

Porque ese amor es lo que te hará echar adelante. Amarte HOY y AHORA, con lo que eres y con lo que tienes, es lo que te moverá a cuidarte cada día más.

Y al cuidarte, te sentirás mejor, y te verás mejor. Que te lo digo yo 😉

Cuéntame…

¿Te han pasado antes cosas así? ¿Te han hecho comentarios sobre tu cuerpo, o los has hecho tú alguna vez? ¿Cómo crees que podemos comenzar a sentirnos mejor respecto a nosotros mismos?