¿Estás comiendo más frecuente, en más cantidad y de forma descontrolada últimamente? ¿Se te han disparado las ganas de comer con el confinamiento y todo este problema del coronavirus?
En un artículo anterior estuvimos hablando de cómo controlar la ansiedad por comer y muchos de mis seguidores me han comentado que están teniendo problemas con el picoteo entre horas, incluso si llevaban años con una alimentación bien estructurada y balanceada.
Estamos viviendo una situación muy especial y es normal que estemos recurriendo más a la comida para ayudarnos a sobrellevar los momentos de incertidumbre y ansiedad. Pero también sabemos que no es la mejor manera...
Los 9 nutrientes que suben el ánimo, y en qué alimentos encontrarlos #nutricion #salud #bienestar
Por eso, le he pedido a mi amiga Carolina Alvarez Sicilia, psicóloga, psicoterapeuta y psicoanalista en Madrid, que nos explique cómo s e desarrolla este problema y nos dé algunos consejos para controlar estos ataques de ansiedad y disminuir el picoteo entre comidas.
El problema del picoteo entre horas por el confinamiento
En estos días de confinamiento, empiezas a notar que vas con más frecuencia a la nevera. Al principio no le dabas importancia. Incluso te lo permitías, ¿por qué no darse un gusto en medio de este desbarajuste?
Sin embargo, el confinamiento se ha ido alargando y te das cuenta de que no puedes seguir picoteando a cualquier hora. Además, el otro día fuiste a la compra y notaste que los vaqueros que tanto te gustan te quedaban muy ajustados.
De lo contrario, cuando vuelvas a encontrarte con la gente también tendrás que encontrarte con algún impertinente comentario acerca de tu ganancia de peso.
Entonces, ¿por qué estamos picoteando a toda hora?
En primer lugar, picoteamos para calmarnos
El coronavirus y todas las noticias que giran a su alrededor nos preocupan. De pronto estamos ante una situación inédita que nos intranquiliza y que no sabemos gestionar.
La comida nos da una sensación inmediata de seguridad. Tú decides qué comer y cuándo hacerlo y nada se interpone en tu camino hacia la nevera. Es algo que controlamos a nuestro antojo y que ahuyenta los miedos, la inseguridad y la incertidumbre.
En segundo lugar, escapamos de la realidad
Cuando estamos pasando por un momento que nos supera, nos vemos tentados a huir. Antes del coronavirus, podíamos huir más fácilmente. El mundo nos ofrecía mil modos de escapar. Pero ahora, el confinamiento nos ha dejado poca capacidad de maniobra.
Ir a la nevera puede ser una huida de sentimientos negativos. A veces tenemos sentimientos que no podemos gestionar psicológicamente y que silenciamos haciendo algo que es muy corporal.
"Ir a la nevera puede ser una huida de sentimientos negativos" - Carolina Alvarez Sicilia, psicóloga, psicoterapeuta y psicoanalista en Madrid, de psicoanalitica.com
La versión saludable de esto sería la de ir a desfogarse al gimnasio. Vamos a una clase y mientras estamos en ella olvidamos los sentimientos que nos alteran.
Comer compulsivamente sería una versión bastante menos sana del mismo mecanismo de huida. Mientras engullimos, estamos inmersos en una actividad que no deja espacio para sentimientos perturbadores.
En tercer lugar, la comida nos da satisfacción inmediata
En medio de una situación tan frustrante como es este confinamiento, la comida nos proporciona una dosis de felicidad inmediata. Un buen trozo de chocolate o unas rodajas de salchichón llenan de placer nuestra boca. Y si estamos llenos, aunque sea en ese breve tiempo que dura la comida en la boca, no queda espacio para nada más.
Que sea chocolate o salchichón y no lechuga o apio tiene que ver con esta sensación de plenitud que buscamos. Una lechuga difícilmente nos produce ese sentimiento de totalidad que sí nos ofrece en chocolate, por su sabor intenso y el chute calórico.
En resumen
Si estás comiendo demasiado en estos días, detente a pensar en tus sentimientos. Probablemente descubras que en realidad estás sintiéndote ansioso, abrumado o frustrado
Todo es cuestión de no usar la comida para evitar sentimientos o emociones que no nos agradan.
Si te permites sentir lo que sientes es probable que ya no sientas la urgencia de picotear tanto. Y si lo haces, podrás hacerlo de forma más saludable.
Artículo escrito por Carolina Alvarez Sicilia
Cuéntanos a mí y a Carolina si te has dado cuenta que tu alimentación se ha descontrolado por el confinamiento y si esta reflexión te ha ayudado a identificar el verdadero problema.
Si te ha gustado el artículo y te ha parecido útil, no dejes de coméntarnoslo aquí abajo. Carolina estará encantada de saberlo y responderá cualquier pregunta que te pueda surgir.
Maricarmen, yo te había comentado que estaba descontrolada con las harinas. Aqui donde yo vivo permitieron abrir los gimnasios y apenas me enteré de la noticia se me fue la ansiedad.
Es muy loco no? Es decir, yo no soy una gran deportista ni nada de eso, pero mi único espacio para mi misma es ir 2/3 veces a la semana al gimnasio. Es tal cual que me sentía frustrada, ya que mi vida (como la de todos) cambió de la noche a la mañana y ni siquiera me dejaron ese «escape».
Te entiendo muchísimo Laura! Y te confieso que estaba pensando en ti cuando escribí el email esta semana hablando sobre este tema de la ansiedad. Me alegra mucho que se haya resuelto como por arte de magia 😀
Sí, la cabeza by las emociones son una cosa súper compleja, qué bueno es que seas consciente de ello y te puedas dar cuenta de estas dinámica,s porque así puedes entender mejor lo que está pasando y ser menos dura y exigente contigo misma, permitirte sentirte mal y ser flexible respecto a las comidas cuando esa es la forma más efectiva de aliviar el malestar. Es algo pasajero así que no tiene consecuencias muy fuertes.
Un abrazote!
^ya de acuerdo , esto es lo que siento en este momento, pero no veo en que me ayuda estar mas conciente de mis sentimientos, si igual necesito sobrellevarlos
Estimada Marta,
La gestión de sentimientos desagradables requiere un poquito de práctica. Muchas veces nos preocupamos en exceso, no por la situación actual, sino por la conexión que está tiene con otros acontecimientos por los que hemos pasado.
En este sentido, podríamos preguntarnos ¿a qué me recuerda esta situación? Si nos recuerda a algo que también fue desagradable, entonces es posible que la situación actual tenga una doble carga: la presente y la pasada.
Si restamos el peso del pasado entonces viviremos la situación actual por lo que es.
Evidentemente, la preocupación no desaparecerá pero tampoco será tan grande. Además, seguramente también será más fácil de gestionar.
Espero haberte ayudado.
Un saludo,
Carolina Alvarez
Muchas gracias sobre los comentarios sobre el picoteo que nos puede provocar la ansiedad del confinamiento. Y si, aunque sigo tus indicaciones Maricarmen para comer apropiadamente, después de comer busco algo dulce, aunque sea pequeño. Últimamente me doy unos 15 minutos después de comer para ver si sigo con la necesidad de algo dulce. Si continúo con el deseo, como un dulce pequeño, o chocolate amargo.
Me parece una excelente forma de gestionarlo Martha. Y cuando hay esas ganas de dulce que permanecen, es preferible permitírselo. Esto no significa «decaer» ni «ser débil», sino simplemente reconocer lo que queremos y satisfacer esa necesidad. si lo hacemos de forma consciente y con disfrute, entonces puede ser totalmente saludable 🙂