Cuidarse es quererse. Es muy fácil de decir cuando tienes cuerpo de modelo fitness. Pero yo tengo kilos de más, exceso de grasa, nada me queda bien y siento una mezcla de vergüenza, rabia y tristeza cada vez que me miro en el espejo. ¿Cómo se supone que voy a quererme, si no me gusta mi cuerpo?
Hoy hablaremos de imagen corporal y autoestima, del efecto que tiene tu percepción de tu propio cuerpo en tus hábitos de alimentación y actividad física, y de cómo puedes empezar a trabajar la autoaceptación y el amor propio
independientemente de tu peso.
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No me gusta mi cuerpo, ¿cómo puedo cuidarme?
Veámoslo de la otra forma: si no te quieres, no te cuidas.
Es lógico:
No invertiremos el tiempo y el esfuerzo en tratarlo bien, porque consideramos que no vale la pena. Y lo mismo ocurre contigo y con tu cuerpo.
¿Crees que sí que te cuidas porque tratas de hacer dieta y ejercicio? Pues en realidad no es así.
Ponerte a dieta y machacarte haciendo ejercicio no es una forma de autocuidado sino de autocastigo
Cuando lo haces te prohíbes lo que te gusta, te restringes e ignoras tus necesidades, te fuerzas a hacer algo que no disfrutas porque crees que con ello forzarás a tu cuerpo a cambiar.
Quieres desesperadamente que tu cuerpo cambie porque no te gusta, no te hace feliz, no lo aceptas.
Y esto no va solo con lo que ves en el espejo, sino en cómo te enfrentas al mundo, cómo interactúas con los demás.
Tu autoimagen corporal afecta la forma en que vives tu vida
Cuando no te gustas, no te quieres y no estás conforme con tu cuerpo, esto afecta todos los aspectos de tu vida:
Cuando tú aprendes a quererte, todo cambia
Piensa en tu hijo o en alguien a quien quieres mucho. Y ahora, pregúntate:
¿Tu amor o aprecio por esa persona cambia según cuánto pesa? ¿Le harías a esa persona lo que te haces a ti buscando perder unos kilos?
Probablemente no.
Probablemente jamás someterías a alguien a quien quieres a que pase hambre, no le obligarías a comer cosas que no le gustan o a dejar de comer comidas normales para cambiarlas por comidas de sobre y polvos. No le forzarías a que tome pastillas, se machaque en el gimnasio y sufra, o inyectarse cosas.
¿Te das cuenta que, si te quieres, no haces nada de eso?
Pero si no te quieres, lo haces. Y no te cuidas. Y si no te cuidas, no conseguirás adelgazar.
Porque ninguno de esos métodos basados en la restricción, el sufrimiento o el castigo por "haber pecado" funciona.
Las dietas restrictivas no dan resultados
Las investigaciones muestran de forma consistente y recurrente que solo el 5% de las personas que hacen dieta logran mantener los resultados en el tiempo. Y el 60% de las personas no solo recuperan el peso perdido, sino que, al cabo de 6 meses, 1 o 2 años, terminan con más kilos de los que tenían al principio.
Probablemente tú formas parte de esta estadística. Ya sabes por experiencia propia que los métodos restrictivos son la forma más efectiva de engordar.
Da igual si son clásicas o modernas, de toda la vida o novedosas. Todas las dietas fracasan, ya sea que te restringen alimentos como la keto, te restringen horarios como el ayuno intermitente o te restringen las comidas normales como la de Herbalife.
Porque, al no poder mantener la restricción:
Y, lo peor de todo, te hace sentir que no tienes fuerza de voluntad y sigue minando tu autoestima.
Comienza a mejorar tu imagen corporal
Como ves, adelgazar empieza por la cabeza. No solo por los hábitos que necesitas para conseguirlo, que no son más que comportamientos automáticos repetidos que se generan en tu mente, sino por el enfoque con el que miras tu alimentación, tu cuerpo y tu vida.
Cuando te quieres y te respetas, cuidarte se hace mucho más sencillo
Empiezas a comer más alimentos saludables, no porque "estás a dieta", sino porque sabes que te hacen bien y te sientes fenomenal al comerlos.
Empiezas a respetar las señales de tu cuerpo y no le impones reglas externas, ni para obligarlo a comer cuando no lo necesita ni para prohibirle comer cuando sí.
Y tus elecciones y decisiones van dirigidas por la búsqueda del bienestar y la felicidad, que sabes que mereces tener, porque además así serás una mejor persona y una influencia positiva para tu familia, tus colegas y las personas a tu cargo.
Y cuando lo haces, no solo te sientes bien por hacerlo (lo cual te ayuda a continuar con esos hábitos), sino que tu cuerpo responde positivamente: tu salud mejora, tu cuerpo se fortalece y rejuvenece.
Mentalmente, te sientes más en paz, tus emociones se regulan, estás de mejor humor y la ansiedad de comer ha desaparecido por completo.
Finalmente, ¡logras adelgazar!
Todo esto es lo que conseguirás cuando dejes de hacer dietas y de buscar castigarte para cambiar tu cuerpo y empiezas a entender que necesitas quererte para poder cuidarte.
Entiende que tu valor propio no depende de tu peso. Mientras más pronto asimiles esta verdad más rápido llegarás a tu meta de ser una persona saludable y vivir feliz.
Tu valor propio no depende de tu peso #autoestima
Cuéntame si ahora la frase de "cuidarte es quererte" te hace más sentido, y si piensas que es algo que podrás asumir de ahora en adelante.
Y recuerda: olvídate de las calorías y empieza a pensar en tu salud, y los kilos de más se irán como por arte de magia.
Gracias Maricarmen, esta reflexión es excelente para que pensemos porque queremos vernos bien no por presumir, sino por convencimiento propio y amor a sí mismo.
Así es Dora, sobre todo entender que no es cuando nos veamos de cierta manera que nos vamos a poder querer, sino que hay que querernos independientemente de cómo luzcamos. Un abrazo!
Dios! como hubiera querido escuchar antes lo que has dicho hoy. Nunca me ha gustado mi cuerpo y de hecho reflexiono y me doy cuenta que permiti muchos comportamientos destructivos hacia mi. Es cierto que me castigaba y me castigaban con restricciones y con ejercicios. Toda mi adolescencia fue asi. Si hubiera entendido lo que hoy … pero bueno, nunca es tarde y estoy dispuesta a cambiar todo aquello en lo que me equivoqué gracias a ti, a tus conocimentos y a tus acertadas reflexiones. He decidido quererme !!!!!!
Mathy, me alegra muchísimo que te haya servido la reflexión para reafirmarte en el camino de salud que has elegido. Bravo!